FICX (FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE GIJÓN)



Lxs que no podemos viajar a lugares lejanos, dejamos que el cine nos ayude a hacer realidad nuestros sueños de pisar La Tierra Prometida. 
Así arranqué mis ganas de sumergirme en los sueños de otrxs, a través del FICX (Festival Internacional de Cine de Gijón) con la película en un exquisito blanco y negro La luz incidente, donde el final lo pones tú o tus ganas de que todo termine bien. Por la noche Layla M me dejó un sabor amargo, de jóvenes mujeres vistiendo de negro para servir a fundamentalismos castradores de la luz que brille, aunque el baile entre la pareja joven es lo más hermoso y esperanzador de la película.
Con Mimosas me acerqué a la espiritualidad sufíe, envuelta y proyectada en los paisajes del atlas marroquí, toda esa tortuosa búsqueda de alcanzar un lugar para dar paz y descanso a un jefe espiritual se calmó cuando vi La doncella, un cuento exquisito, bello, precioso, inesperado, que -a pesar de su duración- miré sin pestañear.
Al día siguiente Ospiti me recordó a Passolini, pero no sabría decir el porqué. La adaptación al medio de alguien que sale de su tierra hacia otros mundos. Al igual que Isola, la Penélope china que encuentra al niño sirio Alan Kurdi, que nos partió el corazón el verano pasado cuando apareció muerto en una playa de Turquía.
Se atenuó la tristeza el martes 22 al ver al boxeador enamorado en El día más feliz en la vida de Olli Mäki, en un sonoro idioma finlandés, en blanco y negro y no pude ser más feliz con la ingeniosa, simpática, entretenida Rosalie Blum.
El miércoles fui a la procesión del Cristo de los Milagros en Lima, con Rosa Chumbe. El director me contó que había tardado 4 días en filmar la procesión, seis meses en obtener los permisos para filmarla y 8 años en terminar la película. Ese día a las 22:15 horas viajé a Irán con Life and a day y entré en la casa de una familia persa, donde las mujeres estaban siempre con pañuelos en la cabeza y ocupándose de sus familias en un discreto segundo plano, que menoscaba su libertad y creatividad.
El jueves 24 The teacher (ucitelka) me dio una bofetada de la letra con sangre entra y me hizo pensar en el miedo que tiene el ser humano a enfrentarse al poder. No era así Doña Clara (Aquarius), que no estaba dispuesta a dejarse vencer por los tiranos de la especulación inmobiliaria. Valiente mujer (Sonia Braga) mostrando su pecho herido.
El viernes me tocó llorar desconsoladamente y asombrarme con Felices Sueños (Fai bei sogni): un contraste entre el niño que añora a su madre muerta y el que no soporta mirar hacia el charco de sangre en el que se ahoga el cadáver de su madre y deja su dolor en la máquina de matar marcianitos.
Hoy me desperté llorando al recordar el rostro de Casey Affleck cuando decía: No puedo superarlo, no puedo superarlo en Manchester frente al mar.
He disfrutado mucho, muchísimo al poder acudir a este festival de cine, aunque encontré una dificultad: La organización reparte entradas para el día de la clausura a los invitados que considera deben acudir. También regala otras entradas para el pueblo, pero estas invitaciones son para ocupar la zona de entresuelo y gallinero. Al caminar ayudada por muletas no tengo sitio en la zona de butacas porque no voy en silla de ruedas, ya que en el teatro Jovellanos hay unas plazas para sillas de ruedas, pero lxs que vamos con muletas o con tacataca no sé dónde cree la organización que nos podemos ubicar, porque el problema (que lo es) ya no sería subir la escalinata que accede al entresuelo y al gallinero, sino subir los escalones gigantescos para llegar a la fila que nos corresponda y luego bajarlos. En mi caso era subir a la fila 5ª, y luego bajarla. Estuve tratando de conseguir entradas a la puerta del teatro e iba de la puerta a la taquilla y viceversa y no conseguía que nadie me solucionara mi asiento en la zona de butacas del teatro. Hasta que alguien amable me regaló una entrada. Me dijo que pertenecía a una gente que no iba a acudir. Cuando llegué a la fila 11 asiento 17 comprobé que a mi lado había otros 3 sitios vacíos, que nunca fueron ocupados en toda la gala de clausura. Deberían tenernos en cuenta a las personas con movilidad reducida para que podamos utilizar esa tarjeta azul que el Principado de Asturias nos ha enviado (y que todavía no sé para qué sirve, pues cuando me piden el certificado de discapacidad tengo que enviar el original o compulsarlo) y habilitar unos asientos en la zona de butacas del teatro Jovellanos para las personas a las que nos cuesta subir escaleras.

Con la película Muna terminó mi andadura por este festival. Agradezco a su director, Santiago Zannou, que dedicara esta película a todas las mujeres, que hiciera protagonista a una mujer ciega. Me da a mi por pensar si ella no fuera invitada vip a la clausura si la harían subir la escalinata hasta el entresuelo o el gallinero del teatro Jovellanos….

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