Mercado en Piedras Blancas
El
domingo fui a llevar a mi hija al aeropuerto y a la vuelta me pasé por el
mercado que habían organizado en Piedras Blancas, ya que me pillaba de paso. El
día estaba agradable de sentir en la piel, el sol lucía calentito y me dispuse
a recorrer los puestos. Me gustó mucho la amabilidad de los artesanos, la
manera cómo te mostraban las piezas que vendían, los productos que ofrecían.
Compré algunas cosas y me quedé con ganas de llevarme algunas más, aunque
siempre pienso que en algún momento me encontraré con ellos otra vez y podré
volver para comprar esas obras de arte que han creado con tanta pasión.
Mientras recorría el mercado me compré un té de frambuesa, unos palitos de
regalíz que venían atados con una goma y unos jabones esculturados en forma de
flor. Una rosa para mí y una flor de lys para mi reina. La delicadeza de tallar
un jabón dentro de una caja pintada a mano me dejaron llena de asombro y de
admiración por la sutileza de las manos y la sensibilidad del artesano para
captar la belleza y plasmarla en un humilde jabón. Cada vez que miro la rosa me
quedo extasiada, como hipnotizada por su belleza...
Me
quedé con las ganas de traerme para mi cuello una gargantilla donde estaba
pintado un cuadro de Alphonse Musha, uno de mis pintores favoritos, pero tengo
anotada la tienda de la mujer que vende estas joyas en Avilés, se llama Kyra y
fue muy amable mostrándome los objetos preciosos...
Había
también un puesto que vendía faldas de seda con colores preciosos, que igual
podían ser una falda, una blusa, un pañuelo, un chaleco, la misma prenda
desprendía versatilidad y lucía colorido para embellecer. El vendedor parecía
cariñoso...
Querida Leonordeaquitania:
ResponderEliminarYo conozco muy bien ese mercado de lo antiguo,lo viejo y lo nuevo.
Durante años lo visitaba todos los miércoles,pero desde hace unos meses ya no estoy en Piedras.
Me hubiera gustado haberte encontrado en él,así de sopetón e irnos a tomar un café y charlar un rato.
Un beso.