Nacida el 4 de julio



El día del cumpleaños de su padre Xana me trajo una gata que encontró en la calle. Se llama Kika, porque así me gusta a mí el sonido de su nombre. La gata estaba en la calle maullando sin parar y nadie conseguía cogerla. Se escondía debajo de los coches y todos los que estaban en la pizzería cenando salieron a intentar cazarla, pero ella no se dejaba, tal vez porque estaba muerta de miedo, ya que sospechaban que había venido de polizonte en el coche de un vecino que trabaja en un taller de coches, así que sus partes blancas estaban negras como las de un buhonero y sus bigotes parecen los de Dalí, que están enroscados porque algo se los chamuscó. Xana subió a casa a por sus útiles de sanadora, se puso unos guantes de veterinaria, que para eso quería serlo ella de pequeña, y me pidió una toalla vieja. Yo le dí una de cuando era ella pequeña, la primera toalla que compré para ella y me daba pena desprenderme de ella, además, las toallas viejas secan mejor que las nuevas y no hace falta ponerles suavizante porque ellas son suaves de natural, aunque yo hace tiempo que no uso el suavizante porque así un producto menos para contaminar nuestras aguas, que parecemos unos obsesionados con tanta limpieza y productos para parecer tan limpios. Bueno, pues la trajo a casa y la otra gata Nana se puso a bufar marcando su territorio y mostrando sus celos y no quería verla ni en pintura. La rociamos con flores de Bach para que se le marcharan las pulgas y con esencia del árbol del té, que también ayuda a que se vayan y la envolvimos en la toalla de la infancia. La gata nos regaló con su ronroneo, practicamos la gatoterapia con ella. Es tan chiquitina que nos cabe en las palmas de las manos. Es confiada, ya ha perdido todo el miedo y se coloca en nuestros hombros o en el regazo, pasea por la cabeza, te da besos en la boca, se engancha a la ropa, le gusta la mortadela como a Carpanta y adora correr tras el corcho de una botella. Ha dejado de maullar, ya lo único que hace es ronronear como si fuera un sonajero. Su pelito blanco se está poniendo clarito, clarito, está limpiando la grasa que traía del taller. Xana puso un anuncio en facebook para que alguien la adoptara, pero ya nos hemos prendado de ella e irremediablemente le hemos hecho un sitio en nuestra casa.
El caso es que a medida que crece vamos observando en sus partes pudendas que algo aumenta de manera desorbitada, no sabemos si será Kika o Kiko

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