Consuelo


 La novia de mi primer marido había viajado desde Mallorca para venir a conocernos, así que la llevamos a Covadonga para santificarla, porque a mí me gusta llevar a las visitas a ese lugar con tanta fuerza terrestre y espiritual. Ya nos conocíamos a través del skype, pero ahora nos veíamos de cerca y parecía que nos conocíamos de siempre. El padre de mi hija me había contado que ella era como Consuelo y con eso ya me garantizaba que me iba a caer bien. Mi amiga Consuelo simboliza para mí todo lo mejor de las buenas personas, es generosa, dulce, inteligente, profundamente espiritual, sanadora y es un referente que yo también utilizo para conectar con esa parte de mí que necesita tener fe en el ser humano y en la bondad de las personas. Mientras íbamos en el coche camino de la montaña sagrada ella nos iba contando una historia que nos hizo reír de otra vez que ella vino a Asturias con una empleada que tuvo en su tienda de ropa para zíngaras. La acompañó porque esta chica necesitaba encontrar a un amante y reparar ciertos agujeros negros que había entre ellos. El hombre era militar y ella testiga de Jehová, así que no podía confesar a los de su comunidad religiosa que andaba con un militar, porque lo tienen prohibido en sus normas y al militar no le contó que ella era testiga de Jehová. A todo esto, llegaron a la casa de la suegra en busca del soldado perdido y la mujer sólo entreabrió la puerta dejando una pequeña rendija sin ánimo de abrirla demasiado ni de invitarla a pasar. Ella ni corta ni perezosa puso el pie para que no cerrara la puerta de sopetón y si no es por esa argucia no consigue sacar de sus labios ni una palabra de consuelo, que tampoco fueron muchas porque la señora suegra no quería ni verla delante. Se marcharon de allí casi con la puerta en las narices y en una tienda del pueblo la dueña no paraba de repetirle que el soldado era un hombre de poner mucho los cuernos, y venga a repetir lo de los cuernos y nosotras todo el viaje a Covadonga nos estuvimos riendo con lo del pie en la puerta y la novia del padre de mi hija con lo de los cuernos.
Visitamos la cueva y me di cuenta que nunca me había hecho unos planos con la santina, así que fuimos a tirar monedas al estanque de pedir un deseo y miré para abajo y había un hombre intentando recoger las monedas que no caían al fondo del agua y cuando miré al fondo de la cueva mientras estaba en un banco sentada recordando cuando iba de pequeña a pedirle a la virgen que me quitara la cojera observé que una chica llevaba puesta en su espalda una mochila de tela y en esa mochila estaba bordado en letras de colores CONSUELO…

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