Verónica Forqué



Ayer fuimos al cine y en un momento de la proyección la película se paró. El chico que manejaba la máquina no podía dominarla y de un sopetón nos pasó casi al final de la historia. Charo nos había contado antes de entrar en la sala que era la tercera vez que la veía y que no le importaba volver a verla, así que yo le pedí que nos contara lo que nos habíamos perdido por culpa de las prisas de los botones del ordenador. Como llegué antes de lo previsto a casa me puse a intentar cortar en el vídeo una película de la que quería entresacar sólo una escena, encendí la tele y allí estaba ella entrevistada por Jesús Quintero. Me emocioné otra vez al verla, vestida de actriz, de gran señora, con esos colores que eligió para su vestido y el peinado, que le quedaba tan bien. Ella también me recuerda a Consuelo. Es una de mis actrices favoritas y ahora mismo está representando una obra que versa sobre la vida de una mujer de nuestra edad. Hace un tiempo yo había confeccionado un colagge con todas las cosas que me gustaban y con personas que representaban algo importante para mí, y entre ellas estaba Verónica Forqué. Me gusta mucho este gracioso monólogo de una mujer cercana a los cincuenta que revisa su vida y le da color de playa. Me siento muy identificada con ese personaje que ella interpreta en “Shirley Valentine”, fui a ver la obra antes de marcharme de vacaciones a Mallorca y me pasaron cosas parecidas a su personaje. Esperamos a la salida del teatro Filarmónica donde ella actuaba para saludarla y felicitarla y yo le conté que me acordaba de una vez que ella contó que cuando llevaba a su hija de pequeña al colegio y la cogía de la mano era como tener un pan calentito, recién salido del horno. Ella también tiene una hija artista, su hija pinta y la mía es actriz como ella. Le dio un abrazo muy cálido a mi niña y le dijo: “¡Que tengas mucha suerte, cariño!”. Yo sentía que no podía tener más suerte que ser abrazada por esa mujer tan dulce, que confesaba a Jesús que no le interesaba la maldad, que ella se juntaba con lo bueno de la vida. Mi hija ha sido amadrinada por el abrazo de Verónica y ya tiene toda la suerte del mundo.
“Soy tanto de vos, que apenas me pertenezco…” comenzó diciendo El Loco, del que también soy fan desde hace mucho, mucho tiempo…

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