Pillar olas

Mi abastecimento de endorfinas se me estaba agotando por momentos, a pesar de los oropeles exteriores. Todo lo que me rodeaba me gritaba que yo estaba llena de felicidad, pero la de dentro estaba a punto de caducar. Lo noto cuando el resentimiento asoma y me da puñetazos de boxeadora (se me nota que este finde he visto la peli “Millon dolar baby”), así que decidí ir a la piscina a reponer endorfinas. La piscina es para mí un medio de cubrir mi carencia de inspiración. Comienzo a nadar y ya estoy escribiendo historias en el blog, que luego cuando salgo de ella no recuerdo, aunque me queda un hilo de algo y tiro de él. En el agua no tengo papel, ni bolígrafo, ni grabadora y mi memoria se la lleva el agua, porque es muy frágil, ya me lo decía mi madre que tenía mejor memoria que yo. Cuando ya había dado unos cuantos largos en dos ocasiones tuve que pararme porque me daban verdaderos ataques de risa con las cosas que se me ocurrían, cosas que ahora no puedo repetir aquí porque se me han olvidado. En algún momento volverán a aparecer porque están guardadas en el historial de mi inconsciente y ese no duerme nunca.
En el vestuario charlé con dos mujeres de distinta edad. La más joven tenía grabada en su piel una enredadera en forma de tatuaje. El dibujo precioso le recorría la parte baja de su espalda, subía por todo su lado derecho y terminaba reposando en su hombro. Nunca me pondría un tatuaje, pero me encanta verlo en la piel de los demás. encima, éste era de una flor, no sé qué flor sería, tal vez una madreselva, que es una enredadera y que en las flores de Bach es una flor que cura la nostalgia por el pasado. Hablé con la chica sobre el surf y las personas con discapacidad que lo practican. Ella pilla olas y va al gimnasio y trabaja. Le da tiempo a todo. Hay que estar activas, no dejarte morir en el decaimiento del sofá. La otra mujer es más mayor que esta chica y que yo. Va todos los días a la piscina. Hace un tiempo tenía muchos dolores y descubrió que yendo todos los días a la piscina se le quitaban. También se dio cuenta que sus dolores escondían una depresión, así que ahora está cuidándose, cuidando su alimentación, practicando ejercicio. Beatriz siempre nos dice que hay que ser activas, hay que moverse cuando te sientes mal y el cansancio no es físico, pero el cuerpo te pesa como una losa tienes que moverte, darte una ducha, bailar con Sabina o con Compay Segundo, con quien te apetezca, pero no dejar que te coma el tedio y el creer que las cosas no tienen arreglo. A veces nos obsesionamos con arreglar algo que se puede arreglar solo: Hace unos meses el lavavajillas se me estropeó, lavaba y lavaba sin parar y no tenía manera de cesarlo aunque diera a todos los botones y el enchufe estaba tan difícil de acceder a él para mi que no había manera de callarlo. Entré en internet y pregunté en un foro, llegué a la conclusión de que se había disparado el resorte antidesbordamiento y la solución era volcar levemente el aparato. Así lo hice y el motor dejó de dar vueltas. Lo mantuve en barbecho durante meses. El día de Reyes quise probar si ya había descansado lo suficiente, y así fue ¡volvió a funcionar! ¡eureka!. Tengo un lavavajillas nuevo. Los Reyes Magos se han portado muy bien conmigo. Mi lavavajillas dejó de pillar olas y se fue al Lago Azul a poner lustrosos mis platos, recogerá mi desorden de vajilla, mis asuntos domésticos pendientes, mi dejadez nostálgica, se pondrá el delantal de la pasión y rebañará los platos del arroz con leche que hago para mis invitados a su casa y barrerá con ímpetu desacostumbrado los restos de los brownies que Xana hornea para sus amigos...

http://youtu.be/VKcBayzpj10

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